Arturo preparó su famoso mojito (está vez sí que triunfó) y lo puso en una garrafa con dispensador, me parece que el mojito del dispensador lo recordaremos a lo largo de los años, vamos que no puede haber otro Sant Joan sin el mojito en garrafa de self-service.
Y la fiesta duró hasta el día siguiente porque había tanta comida que fuimos a casa de Guille+Judith y nos intentamos acabar las sobras pero fue imposible.
Claro que con tortillón del Jordi la cosa estaba difícil.
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