22 sept 2010

VIAJE A MARRAKECH

En un Mojito night en el Wagaboo surgió la idea de irnos de viaje, a todas nos pareció una buena idea ya que pensamos que sería divertido y emocionante, nos tocó buscar un destino y después de mucho pensar decidimos ir a Marrakech, aunque era un sitio que ya habia estado y normalmente no vuelvo a ningún sitio (hay tanto por ver) era un lugar que me encantó y nos pareció exótico y fácil de ir.

Estuvimos enviándonos mensajes y hablando por lo vagini durante un mes, ya que nadie se podría enterar de nuestro viaje, porque somos un grupo cerrado, fue divertido hasta los preparativos.

Después de muchos cuchicheos llegó el dia, fuimos hasta Girona a coger nuestro vuelo, ibamos muy animadas y predispuestas a pasarlo muy bien, cogimos el avión y a nuestra llegada estaba el transporte del riad esperándonos (siempre es un alivio) cuando nos montamos en la furgoneta ya nos dimos cuenta que estábamos en Marruecos, 3 carriles donde sólo cabian 2 coches, motos, bicis, burros arrastrando carros, todo el mundo pitando y gritando nos daban la bienvenida a Marruecos.

La medina de Marrakech es muy estrecha y los coches no tienen acceso por lo que el coche aparcó fuera y tuvimos que acceder al riad andando, de noche y con la Cristi quejándose: Si me querías matar haberme tirado al agua, la verdad que yo porqué ya habia estado pero en esos momentos pensé que igual no era el mejor destino que podríamos haber escogido, así que llegamos al hotel y era precioso, una típica casa árabe con un patio interior y su piscina.
La niñas se atrincheraron en la habitación y no querían salir a cenar, su primera impresión del país habia sido impactante por lo que pensaban quedarse los 3 dias en el hotel pidiendo comida a domicilio.
Couscus con sorpresa de chapa refresco
las obligué a salir y fuimos a la plaza patrimonio sonoro de la humanidad a cenar en los miles de tenderetes que hay, la cosa se iba animando porqué todos hablan español y supongo que un grupo de 3 mujeres solas les da más pie al juego. Cenamos en un puesto las viandas típicas de la región y nos trajeron una tapa con sorpresa, pero yo fui quien descubrió una chapita de refresco en un plato y me callé para que las pobres comieran agusto y no me la liaran. Al dia siguiente ya vieron las condiciones higiénicas de la plaza de marras, como no tienen agua corriente, lavan o no con agua sucia que tiran por una alcantarilla apestosa, vamos mucho, mucho glamour no tiene pero se debe comer en cualquiera de los puestos de la plaza aunque sólo fuera una vez.


El domingo nos levantamos con dolor de cabeza, ya que compartimos habitación y ya se sabe 3 mujeres solas no pueden callar, estuvimos riendo y charlando hasta altas horas de la noche, al dia siguiente desayunamos en la terraza del riad, fue un desayuno espectacular, con un zumo de naranja muy bueno (luego descubrimos que le ponen cantidades enormes de azúcar),.

Desayuno espectacular en la terraza del Riad

Luego nos tocó encontrar el riad donde hacían el curso de cocina la cual nos habíamos apuntado, árdua tarea en Marrakech, ya que hay 1000 callejuelas y todas iguales y los mapas no son demasiado precisos, ni los propios habitantes de la ciudad sabian donde se encontraba la calle exacta, pero después de un poco de apuro conseguimos llegar a LA MAISON ARABE, un riad precioso donde realizamos el curso de cocina, nos dieron una charla en inglés sobre todas las espécies árabes y lo importante que eran para la cocina tradicional, luego nos llevaron a una sala con cocinas individuales donde se impartió el curso, la verda que fue una experiencia muy positiva, hacer un curso de cocina y encima en otro país viendo como se cocina en otro país fue muy interesante. Después pudimos disfrutar de lo que habíamos cocinado en un mesa en la terraza al lado de la piscina, eso si yo me puse mala, malisima y no probé nada de nada, que lástima porque tenía muy buena pinta.



 

Después de comer fuimos a dar una vuelta por el zoco y la Cristi que estaba un poquito cansada se hice una siestecilla, Helena y yo aprovechamos para callejear por el zoco, Marrakech no tiene demasiados museos, ni edificios singulares para visitar, lo mejor que tiene es empaparte por todos los sentidos de la esencia de marruecos y creo que el mejor lugar para hacerlo es el zoco, nos perdimos un millón de veces y nos volvimos a encontrar, una experiencia auténtica.

Comprando babuchas en el zoco





































Llegamos al Riad y nos arreglamos para ir a la cena-espectáculo CHEZ ALI.
Aquí empezó nuestro dolor de cabeza



Como un castillo de las mil y una noches

Couscous para diez personas o más

Bastante para giris pero todavía auténtico, el restaurante estaba a unos 30 Km del centro y en medio del desierto, acordamos el precio con un taxista que nos llevaba y nos tenia que volver a recoger, la verdad fue un acto de fe, porque alquello estaba en la nada y aquel buen hombre nos podía haber dejado más colgadas que un higo y la verdad cuando vimos que nos habia esperado y que habia cumplido su palabra vimos el cielo abierto, claro, que también no le pagamos hasta que no nos vino a recoger, alguna cosa tendrá que ver, hacía tiempo que no me cogía la risa tonta, Helena y yo estuvimos todo el camino imaginámdo que pasaría si el hombre no vendría a buscarnos.  De todas formas la cena fue super abundante y muy rica, eso si con un dolor de cabeza importante ya que iban pasando grupos autóctonos musicales, cantando, chillando y tocando el tambor, vamos horroroso...al acabar la cena hacen un espectáculo con caballos bastante espectacular.
Cordero al horno
Pastilla

Al dia siguente era el dia de nuestra vuelta, la noche fue igual de parlanchina y volvimos a desayunar en la terraza chill-out las viandas que nos trajo el amable camarero. Fuimos al zoco a acabar de hacer compras y a charlar y a negociar con los comerciantes, que siempre tienes la impresión de que te la están pegando, que seguro que es así, porque ellos tienen mucha más experiencia que nosotras, pero el regateo, tambien tiene su encanto. para el regateo cada una tenia una táctica, la Helenita se cabreaba con los vendedores y decía que todo era demasiado caro, la Cristi le tiraba los trastos para que le hicieran alguna que otra rebaja y yo me hacía la graciosa, pero creo que aún con nuestras artimañas nos la colaron más de una vez pero en el fondo fue muy divertido.




Vista del patio interior
Bueno, y hasta aqui mi relato de este finde con amigas en Marrakech, en resumen muchas risas, muy buen rollo y con muchas ganas de repetir, chicas no canso de decirlo gracias por sacarme por ahí y de hacermelo pasar tan bien. Os quiero mucho
Terraza desde donde se veia la torre Koutoubia





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